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Conocido como O-Sensei («Gran Maestro»), fue el fundador del arte marcial japonés del Aikido. Nació el 14 de diciembre de 1883 en Tanabe, una pequeña ciudad en la prefectura de Wakayama, Japón. Desde una edad temprana, Ueshiba mostró un gran interés en las artes marciales y la espiritualidad, lo que lo llevó a convertirse en una de las figuras más influyentes en el mundo de las disciplinas marciales modernas.
Infancia y juventud
Morihei Ueshiba creció en una familia de agricultores, pero su físico débil y su sensibilidad lo llevaron a buscar fortalecerse a través del entrenamiento físico y las artes marciales. Su padre, Yoroku Ueshiba, lo apoyó en este camino y lo animó a practicar sumo y natación. A los 17 años, Ueshiba se mudó a Tokio para trabajar, donde comenzó a estudiar jujutsu y kenjutsu (técnicas de espada).
Desarrollo marcial y espiritual
A lo largo de su vida, Ueshiba estudió diversas artes marciales, incluyendo el Daito-ryu Aiki-jujutsu bajo la tutela de Sokaku Takeda, quien tuvo una profunda influencia en su desarrollo técnico. Paralelamente, Ueshiba se interesó en la religión y la espiritualidad, especialmente en la secta Omoto-kyo, liderada por Onisaburo Deguchi. Esta combinación de entrenamiento marcial y búsqueda espiritual fue fundamental para la creación del Aikido.
Creación del Aikido
Tras años de entrenamiento y reflexión, Ueshiba llegó a la conclusión de que el verdadero propósito de las artes marciales no era derrotar a un oponente, sino promover la paz y la armonía. En la década de 1920, comenzó a desarrollar su propio estilo, que llamó inicialmente «Aikibudo» y más tarde «Aikido». El Aikido se caracteriza por el uso de movimientos circulares y técnicas de redirección de la energía del oponente, con el objetivo de neutralizar un ataque sin causar daño innecesario.
Legado
Morihei Ueshiba dedicó el resto de su vida a enseñar y difundir el Aikido, enfatizando su filosofía de no violencia y armonía universal. En 1969, a la edad de 85 años, Ueshiba falleció en Iwama, Japón, dejando un legado que continúa inspirando a millones de personas en todo el mundo. Su hijo, Kisshomaru Ueshiba, y posteriormente su nieto, Moriteru Ueshiba, continuaron su obra al frente del Aikikai Hombu Dojo, la sede central del Aikido en Tokio.
O-Sensei Morihei Ueshiba es recordado no solo como un maestro de artes marciales, sino como un visionario que fusionó la técnica marcial con una profunda filosofía de paz y respeto por la vida. Su enseñanza sigue siendo relevante en un mundo que busca soluciones pacíficas a los conflictos.


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